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"Ara que estem recuperant les nostres places, també podem proposar-nos el debat sobre els nostres espais a les cases, a la vida quotidiana, en la realitat del dia a dia. Debatre el lloc de la família, els rols que sosté, els autoritarismes que reprodueix, com a lloc d'afirmació del patriarcat. Imaginar noves formes de viure les nostres relacions, a casa, a la plaça, i també en les organitzacions populars que van naixent o es van transformant atravessades per aquest temps històric insurgent"
Claudia Korol, en Buenos Aires

lunes, 13 de junio de 2011

15M: una historia de poder, mentiras y sexo, digo... género

Este es un texto escrito por un chico de Madrid y dedicado a todas las comisiones de feminismos del 15M y a Celia Amorós.

15M: una historia de poder, mentiras y sexo, digo... género

Se ha hablado mucho de Francia estos días, que si el 68, que si la comuna de París de 1871... Este cuento vuelve a París, y comienza en un 15M de 1789, mes arriba mes abajo, cuando un grupo de indignadxs salieron a la calle a pedir el fin de los escandalosos privilegios de la clase política de la época, la realeza y la nobleza. Decidieron acampar en Versalles, donde más duele, y ya que estaban allí, pues cortaron algunas cabezas. A problemas radicales, soluciones radicales.

Con los meses el campamento se estabilizó.

Tras tres años de mucho lirili pero menos lerele, la comisión de feminismos decidió poner los puntos sobre las íes y redactó un manifiesto y fue a la asamblea general. Le tocó ir de portavoz a una compa llamada Olympe de Gauges. Cuando la dieron el turno, dijo que desde feminismos no entendían cómo se salía a protestar contra privilegios que luego muchos hombres no querían ceder en su trato cotidiano, que habían visto actitudes del ancien régime en el propio campamento. Y para que no digan que se critica sin propuestas, propusieron un texto similar a otro aprobado por consenso asambleas atrás. Se llamaba la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, casi igual a la ya aprobada Declaración de los Derechos del Hombre y del Cuidadano. Olympe pensó que no habría mucho debate. Al fin y al cabo, era como el aprobado anteriormente. Y efectivamente no hubo debate. Mucha gente cruzó los brazos, algunos tan fuerte que se hicieron moratones. La gente abucheó diciendo que era una lucha sectorial, que les iba a dividir, etc.

Robespierre, que llevaba unos meses moderando asambleas, decidió cortar de raíz el problema, diciendo que no estaba en el orden del siglo, luego cortando el turno de palabra de Olympe, y finalmente cortándola la cabeza. Al fin y al cabo, ¿para qué la quería, si ya la había perdido?

En otra acampada, al otro lado del canal de la Mancha, esta noticia sorprendió mucho. Allí, otra compa se enfrentaba con Burke. ¿Sabéis quién era Burke? Pues un tipo (UN TIPO) alto, guapo, que hablaba muy bien, blanco-clase media-heterosexual... La gente se volvía loca en las asambleas cuando hablaba, que si la propiedad privada genera desigualdad y tal.. Todo el mundo agitaba las manos hasta que se les caían las uñas, cuando él hablaba. Lo malo era que en lo hogareño, era un poco... chapado a la antigua. No le molaba que las mujeres fueran a la asamblea a malmeter, ya que nunca antes lo habían hecho. Pues decía que otra compa, Mary Wollstonecraft, se le plantó un día delante y le preguntó "¿Por qué han de gustarnos los prejuicios simplemente por serlo?”. Un prejuicio es una convicción indulgente y obstinada para la que no podemos dar razón; porque en el momento que puede darse una razón para una opinión, deja de ser un prejuicio, aunque sea un error de juicio". "La voz del pueblo, añadió, es siempre la voz de la razón".

Mary tuvo más suerte que Olympe, y "simplemente" fue ignorada primero, y olvidada después.

Pasaron muchos años, casi 200, donde la oscuridad sólo se vio iluminada por algunos destellos, como la readmisión de las mujeres en la asamblea, cuando las decisiones importantes ya se tomaban en otros foros...

Para los años 70, las chicas aún tenían que irse antes de que acabara la asamblea a Alimentación II y III para que, al finalizar ésta, la cena estuviera lista. Una noche, otra moza de feminismos del campamento de EEUU, Kate Millet, ponía los platos cuando un compa le pidió la cena de muy malos modos. Ella le dijo que al menos pidiera las cosas por favor, y él estalló en gritos "¡Llevo 6 horas luchando por un mundo sin privilegios y no puedo tomarme la puta cena en paz!". Entonces Kate entendió algo importante: la política no es el reducido mundo de las reuniones y los partidos, sino cualquier estructura que sirva para que unos grupos dominen sobre otros. Recogiendo lo mejor de la tradición ilustrada, declaró que ningún ámbito de la vida humana podía ni debía escapar al análisis y crítica política, resumiendo todo ello en cuatro palabras que hicieron historia: LO PERSONAL ES POLÍTICO.

Colorín colorado, este cuento no ha acabado.

1 comentario:

  1. Es genial, me ha encantado, pedagogia directa y con mucho sentido del humor, ¡que risa!. Genial.

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